
"La Fe como don gratuito de Dios, reaviva en mi interior esa fuente de agua viva que es Cristo y que salta hasta la vida eterna.....
Vivir cada día, desde nuestra realidad cercana, la "interioridad", es una gracia que todos deberíamos intentar asimilar y trabajar.
Y no me refiero solo a tal o cual vocación, sino a la de sentirnos llamados a vivir en madurez humana, el conocernos, el saber quienes somos, y poder irnos dando respuesta a esas preguntas que mueven todo nuestro corazón, nuestro ser afectivo y efectivo, todo ello nos lleva aunque no tengamos "Fe", a ver que todos llevamos en nuestro interior esa "llama" que nos hace vivir y ser mejores para nosotros y de rebote para los demás..."